Ni una menos
La marcha de este sábado 3 volverá a sacudir a las principales capitales del país.
Desde hace dos años atrás, la lucha contra la violencia a la mujer ha
quedado definitivamente inscripta en la conciencia popular.
Pero, además, ha quedado retratada la responsabilidad del Estado y de la organización social a la que ese Estado sirve.
La opresión a la mujer, en el trabajo y en el hogar, es un capítulo
-pesado y brutal- de la opresión que se descarga sobre todos los
explotados.
El régimen que sustenta la discriminación laboral y social a la mujer;
que le niega el derecho al aborto legal, que la condena al infierno de
la trata y a la esclavitud sexual, ese mismo régimen le niega a la
mujer los recursos elementales para asistirla, cuando resulta violentada
o agredida.
Esa asistencia sufre recortes presupuestarios o termina siendo privatizada en favor de los agentes del clero.
En oposición al Estado cómplice, luchamos por un Consejo Autónomo de
Mujeres, con representantes electas y revocables, independiente de los
gobiernos de turno y de la Iglesia, para que asuma integralmente la
defensa y protección de la mujer y las organice en la lucha por sus
derechos.
El sábado 3 marchemos masivamente por derechos laborales para las
mujeres, socialización de las tareas domésticas, aborto legal seguro y
gratuito, acceso a la vivienda, independencia económica, salario mínimo
igual al costo de una canasta familiar; por asistencia gratuita, con
personal profesional de planta bajo control de las organizaciones de
mujeres, a la mujer agredida.
Volvamos a las calles, para que “Ni una menos” se convierta, definitivamente, en un derecho irrenunciable.
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