El MST viene realizando una campaña política por una elección interna con el Frente de Izquierda, la Unidad Popular, Marea Popular y lo que haya en la góndola. Hasta sugiere fórmulas como Altamira-De Gennaro o viceversa. La Unidad Popular de De Gennaro ya tiene un acuerdo político electoral con el PTP-PCR -un Frente Popular o Nacional. Unos y otros han armado frentes y alianzas, en el pasado, con el Frente Amplio Progresista o con Proyecto Sur. Todo esto no tiene nada de izquierda, obviamente, y ni siquiera lo pretende. Marea Popular acaba de organizar un seminario para ratificar la vigencia del peronismo.
¿Una trayectoria “consecuente”?
El MST ha sido un sistemático adversario de un Frente de Izquierda, al que llegó a caracterizar como “marxista”. Lo suyo es el “frente plural”, el cual alienta incluso a nivel internacional, como es el caso de Siryza, en Grecia. Propugnando la disolución de la izquierda en Proyecto Sur de Pino Solanas, el MST enarboló el programa de éste -el nacionalismo ‘emancipatorio’. Luego de que quedara descartado en las Paso, no llamó a votar por el Frente de Izquierda en la Ciudad. Como parte del ‘viejo’ MAS, desarrolló una campaña virulenta contra cualquier frente con el Partido Obrero.
Al MST lo distingue también su participación, de vieja data, en el Frente Cívico de Luis Juez en Córdoba. Después de años, el 1° de Mayo de este año anunciaron en su periódico (Alternativa Socialista) “nos retiramos del Frente Cívico” -casi un obituario y ninguna autocrítica por participar en esa coalición capitalista. Luis Juez, ex intendente de Córdoba y también ex kirchnerista, había sido electo, en 2009, senador nacional en un frente con el PS y la Coalición Cívia y, en 2011, fue candidato en la lista de Binner-Morandini. La bancada del hasta ayer aliado del MST, votó en la Legislatura cordobesa contra el proyecto por la prohibición de despidos y suspensiones impulsado por el Frente de Izquierda.
El MST no podría ser más claro: “lo primero por precisar es que no renegamos de nuestra participación en el Frente Cívico. Hicimos una gran experiencia y nos fortalecimos mucho” (ídem). Jactancia estúpida cuando el Frente de Izquierda reunió los votos para elegir una diputada nacional. Nosotros ratificamos nuestra oposición de principios a la coalición capitalista de Juez. En la crisis agraria, Vilma Ripoll, candidata del MST, marchó del brazo de Hugo Biolcatti, el presidente de la Sociedad Rural, también con la intención de ‘fortalecerse mucho’. El MST, como Groucho Marx, tiene programas para todos los gustos y circunstancias. Por eso asegura que, en la cuestión del programa, “podemos ponernos de acuerdo”.
En las recientes elecciones de la CTA, integró las listas de Micheli. El MST sabe que De Gennaro-Micheli se oponen a participar en una interna en la izquierda; por eso su propuesta de internas a “Altamira y De Gennaro” significa “me voy con quien me posicione mejor”. Esto no es oportunismo; es mercadeo.
La campaña de Bodart se inscribe en una tentativa del conjunto de la izquierda democratizante y el centroizquierda para volver a la vida, luego del gran avance del Frente de Izquierda. Esto vale desde De Gennaro y Lozano hasta Marea Popular, el Perro Santillán y Bodart.
Cuando la crisis social y política se agudiza y coloca a los trabajadores ante la necesidad de una movilización profunda, más que nunca se impone la claridad. Lo de Bodart no pasa de un mercado penoso.
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